COMUNICADO DE PRENSA DE ASTI-ALICANTE SOBRE:

*La situación de los inmigrantes en Ceuta y Melilla

*El secuestro de más de 200 niñas en Nigeria

 
 

El Secretariado Diocesano de Migración de la Diócesis de Orihuela Alicante, ASTI-Alicante, quiere expresar su reflexión en estos momentos sobre las noticias realmente preocupantes, que desde nuestra vecina África, nos llegan. Desde la complejidad de la situación hay dos hechos que nos han golpeado y nos continúan golpeando especialmente:

 

•          El de las personas que en este momento están a la espera de una oportunidad en su vida a la otra parte de las vallas de Ceuta y Melilla en España y en otras zonas de Europa.

 

•          El secuestro de más de doscientas niñas en Nigeria todavía sin resolver.

 

En general se está presentando una visión a la opinión pública, que nos parece, deformada y muy poco comparable con la verdadera realidad de las migraciones. Concretamente en nuestra provincia de Alicante solo un 1% de los inmigrantes llega en pateras o a través de Ceuta y Melilla. La población subsahariana que ha emigrado es solo el 3% de la población de esos países y en el conjunto de la población africana solo representa el 15%.

 

Según los datos del Ministerio del Interior Español, a fecha 29 de abril de 2014, con referencia al año anterior, 7.472 personas fueron interceptadas en las costas y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, lo cual quiere decir que si miramos el total de llegadas de extranjeros a España 307.036 (informe del Instituto Nacional de Estadística INE con fecha 12-06-2014, con referencia a datos de 2013) hemos de afirmar, que solo el 2,4% ha llegado a nuestro país en pateras o a través de las vallas.

 

Hemos de tomar conciencia o al menos conocer, que el hecho migratorio no es algo que afecte a una sola región o zona de la tierra. La movilidad humana es universal y no es un hecho social exclusivo de finales del siglo XX o principios del XXI. En la historia de la humanidad la mayor migración se produce entre 1870 y el inicio de la primera guerra mundial, con migración de europeos principalmente a América (sesenta millones) y Australia. La aparición en los medios presentándonos este hecho como un problema referido al momento nos puede desorientar. Sequías, hambre, guerras, conflictos, persecuciones étnicas, situaciones políticas y económicas… hacen, y han hecho a lo largo de toda la historia que las personas se hayan movido por todos los continentes. Aun con todo ello es preocupante lo que ocurre en el norte de África concentrándose, alrededor de Ceuta y Melilla y en dirección a la isla Italiana de Lampedusa, miles de personas desesperadas por alcanzar nuevas y mejores condiciones de vida.

 

No menos preocupante resulta el secuestro de más de doscientas Niñas Nigerianas. Ante todo esto hemos de hacer referencia a la dignidad de la persona humana, que en el Evangelio y la Carta de los Derechos Humanos, queda tan claramente reconocida.

 

Las soluciones que se han ido proponiendo, tanto en nuestro país como en Europa, nos parecen en algunos casos inhumanas, en otros insuficientes y en ocasiones denigrantes de la dignidad humana. Nos referimos a los reforzamientos de las fronteras, los internamientos en CIES (Centros de Internamiento de Emigrantes), los requisitos imposibles de cumplir, las repatriaciones, las distribuciones por distintas regiones o zonas del estado a algunos internados en CIES, las medidas punitivas con relación a la legalización, la limitación del derecho a la salud y a la enseñanza….

 

Es necesario buscar en los países de origen los medios para que las personas puedan desarrollar sus recursos propios y no tener que migrar. En esta línea pedimos a los gobiernos central y autonómicos, un mayor control de las mafias y de la trata de personas, un análisis de las causas de la desesperación de tantos hermanos nuestros, personas con sentimientos, con igualdad de dignidad y derechos. No podemos olvidar tampoco, apoyar y reclamar más y mayor calidad de programas de desarrollo en el tercer mundo.

 

Es necesario lanzar campañas de sensibilización, de apoyo y de defensa de la persona humana. Y, por último hemos de levantar la voz a favor de la liberación de las Jóvenes Nigerianas, denunciando el expolio de África y concretamente de la mujer africana.