concatedral05Por Bula del Papa Juan XXIII, de fecha 9 de marzo de 1959, la Diócesis de Orihuela pasó a denominarse de Orihuela-Alicante, y la entonces Colegiata de San Nicolás, en Alicante, fue elevada al rango de Concatedral. Comparte así con la Catedral de Orihuela la sede del Obispo Diocesano.

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Reseña Histórica

La Santa Iglesia Concatedral de San Nicolás de Alicante recibe su nombre del santo del día de la primera rendición musulmana de la ciudad, el 6 de Diciembre de 1244. En su actual emplazamiento se construyó una, de menores dimensiones, que permanecería hasta bien entrada la construcción de la actual. Poco sabemos de aquella iglesia medieval que ya era parroquia en 1264. En 1596 el Papa Clemente VIII erigió la antigua parroquia alicantina como Iglesia colegiata, aunque no se llevaría a efecto hasta 1600. Por bula del Papa Juan XXIII, de fecha 9 de Marzo de 1959, la Diócesis pasó a denominarse de Orihuela-Alicante y la Iglesia Colegial de San Nicolás fue elevada al rango de Concatedral.

La Iglesia fue diseñada entre 1610 y 1615 por Agustín Bernardino, discípulo de Juan de Herrera. La primera piedra se pudo en 1616, estando al frente de las obras el propio Bernardino (1616-1626), su ayudante Martín Unzueta (1616-1630), Miguel Real (1630-1658) y Pedro Guillén (1659-1661). Su estilo es renacentista con mezcla de elementos del Barroco.
El templo tiene planta de cruz latina, con los brazos poco acusados, con seis capillas laterales comunicadas entre sí, y siete en el ábside, sobre el cuerpo de cuyas bóvedas corre otro idéntico formando tribunas. Preside el conjunto una potente cúpula, que alcanza los 45 metros de altura, realizada en cantería y según el orden dórico. El interior del templo es de grandes proporciones ofreciendo una equilibrada unidad de espacio.

El presbiterio es de plataforma y aun sobre ésta se elevan las gradas del altar mayor, en mármoles de Génova. En una de las capillas de la girola se sitúa el tabernáculo u ostensorio, que anteriormente se encontraba en el altar mayor. Este tabernáculo tiene la forma de baldaquino con ocho columnas salomónicas y cúpula. Procedente de Italia, fue realizado en 1688 en mármol y jaspe.

De su patrimonio artístico destacan entre otros, el Retablo de las Animas (Nicolás Borrás, 1574); el Cristo de la Buena Muerte (Escuela italiana, comienzos del siglo XVII); la Cena de Emaús (Juan Ribalta, 1596-1597), San Guillermo (Pedro Orrente, 1639); Adoración de los Reyes (Senen Vila, finales del siglo XVII); imagen de San Francisco Javier (Nicolás de Bussy); San Vicente Ferrer (Bautista Vera, 1702) y otros.
El aspecto exterior de la Concatedral es de gran sobriedad. La fachada principal es de estilo dórico y la lateral está construida en estilo jónico.

Retablo Barroco de San Nicolás

concatedral03En la capilla central de la girola se sitúa el retablo barroco de San Nicolás, patrono de la ciudad, presidido por la imagen del santo, de estilo gótico. Se trata de un retablo profusamente decorado, según los gustos del último cuarto del siglo XVII, que contrasta poderosamente con la severidad del templo diseñado por Bernardino. Se fija como fecha probable de ejecución 1676 y como autor a José Villanueva, aunque pudieron intervenir en el mismo otros artífices. En la parte baja se sitúa el busto-relicario de la alicantina Santa Felicitas (siglo XV). Junto a este retablo se encuentran los copatronos, San roque y San Francisco Javier, tallas de buena hechura.

Capilla de la Comunión

Destaca en el conjunto del templo la capilla de la Comunión que, iniciada medio siglo después de acabarse la Iglesia, es considerada una de las más bellas muestras del alto barroco español. Se configura como un pequeño templo de planta de cruz griega, cubierto por bóvedas de cañón en los laterales y cúpula sobre tambor de la sección circular al interior y octogonal al exterior. Se disponen tres puertas, una en cada uno de los tres brazos (recayendo a la calle, a la Concatedral y al claustro), con un altar en el cuarto brazo. Preside la capilla un retablo con un relieve de la Anunciación tallado en mármol con gran perfección.

La capilla presenta una excelente decoración escultórica y un juego de ejes no ortogonales sino en diagonal cruzada, de fino barroquismo. Es obra de Juan Bautista Borja (1695-1738), lo mismo que la excelente puerta de madera con escenas labradas que conduce de la capilla al claustro.

Camarín de la Virgen del Remedio

Entre la girola y el centro se encuentra el Camarín de la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad. La imagen de la Virgen es una preciosa talla renacentista. Se accede al mismo por unas escaleras interiores desde la sacristía. El camarín está realizado en mármol y labrado en madera policromada, de mediados del siglo pasado.

Claustro

El claustro, espacioso, conserva las trazas del existente en el siglo XV, junto al anterior templo medieval. Destruido en distintos bombardeos, su construcción actual dataría de mediados del siglo XVII, aunque ha sido reconstruido, en parte, en varias ocasiones.
Sobrio, de trazado elegante, tiene una importante rejería en cada arco del siglo XVIII. Alguna de sus portadas son buena muestra del barroco valenciano.