Como cada año al seno de la comunidad eclesial y de la sociedad en general llega el Día de las Personas Sin Hogar, que este 27 de noviembre viene acompañado con el lema: «Por dignidad. Nadie sin Hogar». La realidad de las personas sin hogar afecta a quienes viven en la calle y a todas las personas que se encuentran en una situación de exclusión residencial (sin contrato de arrendamiento, con una notificación legal de abandono de la vivienda, bajo la amenaza de violencia, o viviendo temporalmente con familiares o amigos de manera involuntaria). Por todo esto, el hogar supone la suma del espacio físico (vivienda) más las posibilidades de vivir de manera integral el propio ser (relaciones, sentido vital, ejercicio y acceso a derechos). Para reconstruir la dignidad de las personas en situación de sin hogar es fundamental la visibilidad: si no te veo, si no te reconozco, no puedo reconocerme en ti, no puedo poner en valor la dignidad que nos une e iguala como seres humanos. Hemos de ser capaces de vivir la dignidad de ida y vuelta, reconocer que «tu dignidad es la mía y que yo también me dignifico como persona, a través de ti». Queremos hacer posible lo que hoy parece imposible: que toda persona viva con dignidad en un hogar propio, en paz y permanente. Las personas en situación de sin hogar, son, ante todo, PERSONAS.En nuestra Diócesis, Cáritas da respuesta a la situación de las personas sin hogar a través de los siguientes proyectos, donde se acompañan los procesos de desarrollo personal de las personas que sufren esta situación: Proyecto Galilea (Orihuela), Proyecto Cauce y Proyecto Viviendas (Elche), Proyecto Grano de Mostaza (Alicante) y Proyecto Véritas (Alicante). Además desde los equipos de calle de Villajoyosa, Benidorm, Alicante y Elche se trabaja con el objetivo de conseguir la reducción de daños que esta situación provoca.