El pasado día 12 de mayo el Presbiterio Diocesano celebró en el Seminario Diocesano San Miguel, en Orihuela, la fiesta de San Juan de Ávila, su santo patrón. Fue una jornada de encuentro sencillo y abierto en la comunión de todos los hermanos presbíteros. Tras una cálida acogida de la Comunidad Eclesial del Seminario, Rector, Formadores, seminaristas y demás personal, los sacerdotes concelebraron la Eucaristía presidida por D. Rafael Palmero Ramos, nuestro Obispo. En ella se tuvo una especial mención para los presbíteros que celebraban sus “bodas de oro”: Manuel Segado Bolea, Manuel Ortuño Marcos, Nicandro Pérez Bellot, Alfonso García Rubio y Rafael Monerris Doménech; así como para quienes conmemoraban el 25 aniversario de su ordenación: Alejandro Lucas Nieves y René Contreras Figueroa; fueron muy especialmente recordados también nuestros hermanos recientemente fallecidos: Luis Ángel Alonso Morales, Manuel García Lucas, Manuel Navarro Penalva, Pedro López Rosa y Ginés Román García. La homilía fue pronunciada por Nicandro Pérez Bellot que nos hizo compartir, en un pensamiento muy trabajado y vivenciado, las claves y las referencias de su largo itinerario presbiteral. Al final de la misa también nos transmitió Alejandro Lucas Nieves, con una honda sencillez, su vivencia celebrativa, poniendo en evidencia la armonía de un corazón de pastor.

Seguidamente, reunidos en el Salón de Actos y presididos por nuestro Obispo, D. Manuel Guerra Gómez, Catedrático Emérito de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos, tras su presentación por parte de D. Francisco Conesa Ferrer, Vicario General, expuso el pensamiento sobre “La nueva evangelización en el contexto del laicismo masónico, la nueva Era y las sectas en Alicante”; la exposición concluyó con unas pequeñas pero grandes claves para estar el pastor en estos tiempos y con estas dinámicas culturales: ser contemplativos, encuentro personal transformador con Cristo, revitalizar la experiencia fundante de discípulo presbítero, aunar información y formación, desarrollar la misión propia del pastor y del cristianismo de ser hombres de honesto sentido crítico en nuestros ámbitos y, finalmente, dar razón de nuestra fe con modestia y mansedumbre, como nos dice San Pedro. Posteriormente, el P. Lázaro García, Director General de la Editorial San Pablo, presentó el libro de nuestro compañero Antonio Marcos “Cuando los caminos se iluminan”, que versa sobre San Pablo; obsequió con un ejemplar a todos los presentes. El acto terminó informando D. Rafael, nuestro Obispo, sobre algunos temas, entre ellos, sobre el decreto de constitución de la “Delegación para el clero”, en el que se explicita y justifica el itinerario del tránsito del SAS a Delegación, siendo el sacerdote responsable de ella Agustín Sánchez Manzanares. También dio a conocer el nombramiento del Vice-Ecónomo del Obispado D. Luis Soriano Ripoll. De igual modo regaló a cada sacerdote un ejemplar del libro del P. Tomás Rodríguez Miranda “La Palabra en la vida diaria. Saber orar cada día”.

Una comida fraterna, distentida y grata de comentarios y de animaciones por parte de todos los presentes hizo que los sacerdotes gozasen de una convivencia propiamente de hermanos. La jornada terminó con un canto mariano ante la imagen de la Inmaculada, en la capilla mayor del Seminario, que articuló el día en forma de lema, don, tarea y misión para cada sacerdote: “vida, esperanza y dulzura, del alma que en ti confía”.