El Emmo. señor Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Su Santidad, ha dirigido al señor Cardenal Presidente una carta fechada el 7 de mayo, recordando que el Santo Padre, Benedicto XVI, en su carta de 24 de mayo de 2007 a los católicos de la República Popular China, manifestó el deseo de que se celebre una jornada de oración por la Iglesia en China todos los años el día 24 de mayo, fiesta de María Auxilio de los Cristianos, que es venerada con tanta devoción en el Santuario Mariano de Sheshan en Shanghai.
Dicha Jornada atañe en primer lugar a los católicos chinos a quienes invita a celebrarla, pero también les asegura que ‘en esta misma Jornada, los católicos en el mundo entero, en particular los de origen chino, han demostrado su solidaridad y solicitud fraterna por vosotros, pidiendo al Señor de la historia el don de la perseverancia en el testimonio, seguros de que vuestros sufrimientos pasados y presentes por el santo Nombre de Jesús y vuestra intrépida lealtad a su Vicario en la tierra serán premiados, aunque a veces todo pueda parecer un triste fracaso ‘ (N° 19)
El señor Cardenal Secretario de Estado pide al señor Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal que recuerde a los señores Obispos esta invitación del Papa para que en cada diócesis se organicen momentos de oración en los que participen sacerdotes, comunidades religiosas, instituciones católicas y fieles laicos. Además, esta Jornada sería una buena ocasión para promover un estudio más a fondo de la Carta pontificia en el ámbito local, para ayudar así a las comunidades católicas a que conozcan mejor la realidad de la Iglesia en China y sus aspectos más significativos.
Por último, se adjunta la oración a Nuestra Señora de Sheshan, que el Santo Padre Benedicto XVI ha escrito para esta Jornada y que se puede utilizar también en España.

Oración a Nuestra Señora de Sheshan
Virgen Santísima, Madre del Verbo Encamado y Madre nuestra, venerada con el título de ‘Auxilio de los cristianos’ en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección. Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil ‘sí’ pronunciado en Nazaret tú aceptaste que el Hijo eterno de Dios se encamara en tu seno virginal iniciando así en la historia la obra de la Redención, en la que cooperaste después con solícita dedicación, dejando que la espada del dolor traspasase tu alma, hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe y lo siguen tomando su Cruz. Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús. En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor. Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia. Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.