La Casa Sacerdotal de Alicante celebra los cincuenta años de su construcción. Este edificio, levantado entre 1958 y 1963 gracias a las aportaciones de los fieles, es uno de los más relevantes para la Diócesis de Orihuela-Alicante gracias a la importante labor que se ha desarrollado en ella durante el último medio siglo.
Nuestros sacerdotes se hacen mayores y muchos de ellos necesitan atención ya que no tienen familiares cercanos que puedan hacerse cargo de ellos. Ante esta demanda la Diócesis de Orihuela-Alicante decidió crear en 1958 la Casa Sacerdotal, un conjunto arquitectónico ideado por Miguel López González y que incluye la Parroquia de San Pablo.
El director de la misma, el Padre José Antonio Berenguer, comenta al respecto que esta institución es “sobre todo necesaria porque hay muchos sacerdotes que llegan a una edad avanzada y no tienen quién les atienda. Para ellos la Diócesis pone los medios para que estén bien atendidos”.
De hecho gran parte del trabajo en la Casa está centrado en la atención a los enfermos durante las 24 horas, con una planta especial para los sacerdotes asistidos. Pero su labor llega más allá porque en ella también se da acogida y mantenimiento a aquellos sacerdotes que tienen cargos diocesanos y no disponen de casa parroquial.
Las Hermanas de la Congregación Virgen María del Monte Carmelo son el verdadero motor de la Casa Sacerdotal. “Su desvelo y entrega por los usuarios de este hogar es total”, según afirma el Padre Berenguer. “Están totalmente volcadas y todos los elogios son pocos tanto para ellas como para el resto de personal que trabaja en la Casa, sin olvidar la labor callada, sin que muchas veces se note, pero muy valiosa y eficaz, del subdirector, el padre Fernando Brotons”.
Las hermanas se encargan principalmente de la coordinación, la administración y la enfermería. Pero desde esta institución se da trabajo a 22 personas más entre las que se encuentra personal de limpieza, cocina, lavandería, mantenimiento, atención a la enfermería y a la portería.
En estos momentos la Casa está al completo albergando medio centenar de personas, en su mayoría sacerdotes mayores. Para ellos la Casa Sacerdotal se ha convertido en su hogar del que salen y entran con total libertad para desempeñar sus respectivas tareas o servir de apoyo en las diferentes parroquias.