ARDIENTE ENAMORADO
Diego Hernández González, sacerdote diocesano
Editorial Ciudad Nueva
 
Con motivo del 30ª aniversario de la muerte del Siervo de Dios Diego Hernández González, Ciudad Nueva ofrece esta nueva biografía escrita por la Pequeña Familia de Betania y presentada por el Obispo de Orihuela-Alicante Mons. Rafael Palmero Ramos.
 
Del Prólogo:
«Figura humilde y vigorosa. D. Diego “entendía que la mediocridad es un insulto”. Se le ha definido como una “vida entregada, vida de servicio, vida de sacerdote”. Tres expresiones sinónimas con fuerte contenido. “El Señor está empeñado en mejorar el mundo, solía repetir. Le fallamos los instrumentos”. En él no fue así, puesto que, como instrumento dócil en manos de Dios, supo ayudar a muchos a serlo igualmente. ¡Cuántas horas dedicadas a la oración! D. Diego consagró su vida a la diócesis de Orihuela-Alicante y a mí se me pide ahora que haga otro tanto. Así me ofrezco y entrego. No tengamos más que un amor, el de Jesús, fraternalmente compartido…» + Rafael Palmero
 
De la Introducción:
«…Un consejo, no corras mucho con la lectura. Verás, en la medida que avances, tendrás necesidad de ir más despacio para que el soplo del Amor de Dios, que pasó por la historia de Diego Hernández González, un sacerdote diocesano secular, reavive en ti el entusiasmo y encienda el corazón por “conocer con amor a Cristo, amarle de obra y de verdad, y ser su testigo fiel”.
 
Ojalá, entre estas líneas, descubras, saborees y dejes correr en tu interior un manantial y así crezca en ti una semilla viva y operante: “lo que arregla el mundo es el amor”. “Dios es amor” (1Jn 4, 8)».
 
El Padre Diego con su ejemplo claro y sereno, alentó la vida apostólica en santidad de amor total a Cristo y a la Iglesia, en los sacerdotes y seminaristas, entre los consagrados y los laicos. Iniciado en 2002 su proceso de canonización, continua actualmente en Roma una vez concluida su fase diocesana (Diócesis de Orihuela – Orihuela).
 
La Pequeña Familia de Betania es una asociación pública de fieles inspirada en la espiritualidad del Padre Diego Hernández.