Sabemos que, este verano, sigue marcado por el impacto de la pandemia en la sociedad y especialmente en el mundo del trabajo. Las últimas EPA (Encuesta de Población Activa) indica que en el segundo trimestre en la Comunidad Valenciana se han creado 55.100 nuevos empleos, por otra parte, el paro ha aumentado en 15.600 personas debido al aumento de la población activa, paro con rostro de mujer, y de juventud, sin futuro. En nuestra provincia, el modelo productivo, por diversificar, está liderado por sector del Turismo y Servicios.

Según las previsiones económicas del FMI(Fondo Monetario Internacional) España crecerá un 6,2% en 2021 y un 5,8% en 2022. Las entidades que conformamos la Coordinación Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) de la Diócesis de Orihuela-Alicante celebramos que estas previsiones sean positivas para nuestro país y que el empleo se vaya recuperando. Al mismo tiempo, queremos manifestar nuestro rechazo, por las malas condiciones de trabajo que, mayoritariamente se están dando en nuestra provincia, especialmente en el sector del turismo, servicios y hostelería. No queremos olvidar a las mujeres trabajadoras del empleo doméstico y de cuidados.

Compartimos en este este comunicado algunos casos de personas trabajadoras:

  • Carmen, venezolana, 40 años y con títulos universitarios. Vino a España como solicitante de asilo. Tiene una hija de 6 años. Trabaja de empleada sin contrato en régimen semi interno, libra 4 horas al día. Cobra 500€.
  • Emilia, 45 años, con formación universitaria. Empleada de hogar, de lunes a domingo dos horas, y cobra 150€ al mes. La mayoría de los días su jornada se alarga hasta las 4 horas, no recibiendo ni un euro por las horas que hace de más. A veces se dejaría el trabajo, pero le da miedo que piense la gente que no quiere trabajar.
  • Lola, 42 años, 6 de familia. Trabaja en un restaurante de la ciudad, contratada 4 h. y le pagan 2h. en dinero negro. Su jornada nunca es de 6 h. como acordaron, trabaja a diario entre 2 y 4 h. y media más de lo acordado sin recibir nada más por ello.
  • Eduardo, 39 años. Trabaja en todo lo que le sale. En su último trabajo estuvo pintando un piso. La casa era de 80m, la pintura la pusieron los dueños y le pagaron 50€. A veces va a descargar camiones en hoteles por lo que le cobra 10 ó 15€. Cáritas le ayuda con la comida. Quiere encontrar un trabajo que le permita vivir.
  • Luis, 26 años, Trabaja de camarero, jornadas de 12 h. y su contrato es de cuatro, por el que recibe 450€.  

Casos reales, y en muchas ocasiones, se trabaja sin contrato, sin derechos. Todos y todas los conocemos y a veces la respuesta es, “es lo que hay”.

Desde esta plataforma diocesana (conformada por Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Justicia y Paz, Secretariado de Migraciones ASTI-Alicante, Secretariado de Pastoral Obrera, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Consejo Diocesano de Acción Católica y Juventud Obrera Cristiana) queremos subrayar, la importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de cada persona y de sus familias. El Papa Francisco nos recuerda que “El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la salvación, en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino, para desarrollar las propias potencialidades y cualidades, poniéndolas al servicio de la sociedad y de la comunión. El trabajo se convierte en ocasión de realización no solo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia. Una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso a la desesperada y desesperante tentación de la disolución. ¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno?” (Patris corde 6)

Queremos alzar la voz, y acompañar a tantas personas trabajadoras que sufren la falta de trabajo, precariedad y temporalidad en el empleo. Creemos que no se está haciendo lo necesario para terminar con esta pobreza que están viviendo tantas personas trabajadoras.

Por tanto, la Coordinación Iglesia por el Trabajo Decente quiere reclamar a las distintas Administraciones Públicas y Organizaciones sindicales, empresariales y políticas decisión para:

  • Que el trabajo decente sea un hecho en nuestra sociedad y se termine con la precariedad y la temporalidad en el empleo.
  • Diversificación del modelo productivo.
  • Que haya una justa distribución de la riqueza para que nadie se vea excluida por su origen, condiciones de trabajo, por ser mujer o por ser joven.
  • Que aumenten las inspecciones de trabajo, especialmente en el sector del turismo y servicios.
  • Que se crezca la protección social para aquellas personas trabajadoras, que por no tener trabajo o tenerlo a tiempo parcial, no tienen lo necesario para vivir.

Desde la Iniciativa, animamos a la Iglesia y a la sociedad en general a preguntarnos ¿qué podemos hacer ante esta situación?

Disfrutemos de las vacaciones y estemos atentos a la dignidad del trabajo de todas aquellas personas que nos las facilitan, saludar, agradecer, acercarnos… y que el resumen de nuestras vacaciones no sea solo, lo baratas que nos han resultado, sino también destacar el valor del servicio de tantas personas que nos han facilitado el descanso.

Ojalá podamos celebrar pronto que todas las personas pueden vivir con dignidad porque el trabajo que desarrollan es un trabajo decente y con derechos, será signo que el esfuerzo de todos y todas habrá valido la pena.

 

Coordinación Iglesia por el Trabajo Decente. Diócesis de Orihuela-Alicante