I CONGRESO DIOCESANO DE LAICOS
DIOCESIS DE ORIHUELA-ALICANTE
COMUNICADO FINAL
 
Con el lema “En el corazón del mundo”, se ha celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alicante, los días 13 y 14 de noviembre de 2010, el PRIMER CONGRESO DIOCESANO DE LAICOS bajo la presidencia de Mons. Rafael Palmero Ramos, obispo de Orihuela-Alicante. Cerca de 800 miembros del Pueblo de Dios (obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas y sobre todo laicos) hemos orado, reflexionado y trabajado sobre la vocación y misión del laico en el mundo actual.
El Congreso ha sido, antes que nada, un regalo del Señor, una gozosa experiencia de comunión diocesana y una oportunidad de avanzar en la vivencia de la vocación y misión de los laicos en el corazón del mundo.
Estamos convencidos de que, con la gracia de Dios, lo trabajado durante estos días, y en toda la fase preparatoria, nos permitirá seguir avanzando en la presencia significativa de los laicos en el corazón de esta tierra de Orihuela-Alicante.
El Congreso fue preparado desde enero a junio del presente año a partir de una encuesta y de un documento teológico. Este trabajo previo ha permitido conocer mejor la situación del laicado en nuestra diócesis y acoger de nuevo la rica doctrina del Magisterio de la Iglesia sobre la vocación laical.
El Congreso comenzó el viernes, 12 de noviembre, a los pies del Señor, con una Vigilia de Oración en la concatedral de S. Nicolás de Alicante. La vocación laical, como las demás vocaciones, es participación en la vocación y misión de Jesucristo, el Hijo y Enviado del Padre. Los momentos de oración y la Eucaristía han sido -y serán- el centro y la cumbre del Congreso, como lo son también de toda la vida cristiana.
La luminosa aportación de los tres ponentes –Francesc Torralba, MªTeresa Compte y Guzmán Carriquiry- nos ha permitido volver a gustar la belleza y la importancia de la vocación y misión laical en este momento de la Iglesia y de la sociedad alicantina:
— Una vocación específica que responde a una llamada explícita del Señor y que se sitúa en el territorio del “ser”;
            –Una vocación que brota del encuentro personal con Jesucristo y que se expresa en la pasión por la vida en todas sus expresiones;
–Una vocación de frontera que busca fecundar la sociedad con la gracia de Jesucristo y dar a conocer los latidos del mundo en el seno de la comunidad cristiana;
            –Una vocación para significar la lógica del don y para aportar esperanza en las situaciones de sufrimiento y desesperanza;
–Una vocación que se expresa en la pluralidad sinfónica de espiritualidades y estilos laicales;
–Una vocación que nos estimula a descubrir la presencia de Dios en el mundo;
–Una vocación que procura fecundar la relación fe y razón. La fe ayuda a ensanchar la razón y la razón ayuda a purificar la fe;
–Una vocación que trabaja desde las claves teologales y antropológicas de la Doctrina Social de la Iglesia.
Durante el Congreso hemos trabajado en seis talleres buscando luces y sugerencias para avanzar en seis cuestiones nucleares en el ejercicio de la vocación y misión del cristiano laico:
1º) La urgencia de encontrar los medios y tiempos propicios para presentar a Jesucristo aquí y ahora.
2º) La necesidad de hacer una lectura creyente de la cultura actual, descubriendo sus luces, sombras, retos. Las dificultades del presente son un estímulo y una oportunidad de desplegar toda la riqueza y todas las posibilidades de la vocación laical.
3º) La importancia de cuidar la espiritualidad laical. Sólo una fuerte espiritualidad permite al laico nadar contracorriente y testimoniar la buena noticia de Jesucristo.
4º) La necesidad de seguir avanzando en el campo de la corresponsabilidad eclesial, subrayando que la Iglesia es casa y cosa de todos.
5º) El permanente recordatorio de que la misión del laico es construir y transformar la sociedad según Jesucristo. El Evangelio honestamente acogido y vivido por el laico se convierte en semilla y fermento de una sociedad nueva a la medida del hombre.
6º) La urgencia de acertar a dar razón de nuestra esperanza como sugiere la Primera carta del Apóstol San Pedro. La sociedad actual, tan plural y secularizada, nos pide deshacer prejuicios y hacer una presentación inteligente y oportuna de lo nuclear cristiano.
Las espléndidas interpretaciones del Coro Contrapunctum, Masa Coral La Aurora y la Orquesta Sinfónica Académica  San Vicente nos han permitido experimentar de nuevo que la belleza y el arte son vehículos para intentar decir el misterio inefable de Dios.
A María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, esperanza del pueblo cristiano, encomendamos los frutos de este Congreso y de la fase que ahora se abre, de post congreso, para que estos frutos se manifiesten en una renovada presencia del testimonio de Jesucristo en el corazón del mundo.
 
Paraninfo de la Universidad de Alicante
14 de noviembre de 2010