Esta mañana ha fallecido el cardenal, arzobispo emérito de Toledo, monseñor Francisco Álvarez Martínez, quien fuera obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante de 1989 a 1995.

Así lo ha dado a conocer el actual Arzobispo de Toledo, don Francisco Cerro con estas palabras: «Queridos hermanos: con tristeza os comunico que a las 6:45 h. de este miércoles, 5 de enero, en un centro hospitalario de Madrid, y tras una larga enfermedad, ha fallecido el Sr Cardenal don Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo desde el 24 de octubre del año 2002. Al comunicar a todos su fallecimiento, junto a los sentimientos de pesar, nos alienta la esperanza de que el Señor de la Vida, que en este día se manifiesta ante el mundo como Luz de eternidad para todos los pueblos, que ilumina todas nuestras oscuridades, haya acogido su alma con las palabras que Él mismo aseguró dirigir al servidor bueno y fiel: «Entra en el gozo de tu Señor».

El Administrador Apostólico de Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui, junto al Colegio de Consultores, sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles laicos de la Diócesis muestran a través de este comunicado sus condolencias: “sentimos el fallecimiento de D. Francisco Álvarez pero al mismo tiempo agradecemos al Señor sus años de servicio a nuestra Iglesia Diocesana. Nos unimos en la oración por su eterno descanso”.

La misa exequial será en la Catedral de Toledo el viernes 7 de enero a las 12:00 h.

Cardenal Francisco Álvarez, arzobispo emérito de Toledo desde 2002

El cardenal Francisco Álvarez Martínez nació el 14 de julio de 1925 en la parroquia de Santa Eulalia de Ferroñes, Llanera (Oviedo). Curso estudios eclesiásticos en el seminario de Oviedo, diócesis en la que fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1950. Realizó el Doctorado en Derecho Canónico en las Universidades Pontificias de Salamanca y Comillas (1956-1963).

Su ministerio sacerdotal lo desarrolló en la diócesis de Oviedo donde fue, entre otros cargos, secretario del arzobispo (1950-1956) y canciller del arzobispado (1957 y 1969).

Fue nombrado obispo de Tarazona en 1973 y en 1976, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. El 12 de mayo de 1989 fue trasladado a la Diócesis de Orihuela-Alicante, de la que tomó posesión el 17 de junio del mismo año. En 1995 Juan Pablo II le nombró arzobispo de Toledo, donde acabaría su ministerio episcopal. Designado para ocupar la Sede Primada de Toledo el 23 de junio de 1995, toma posesión de su nueva Archidiócesis el 24 de septiembre del mismo año. El 26 de junio de 1996 fue nombrado Administrador Apostólico de Cuenca hasta el 15 de septiembre.

Creado y publicado cardenal de la Santa Iglesia Romana, del título de Santa María “Reina de la Paz” en Monte Verde, por el Papa Juan Pablo II, en el consistorio del 21 de febrero de 2001.

El Santo Padre aceptó su renuncia por edad el 24 de octubre de 2002 pasando a ser arzobispo emérito de Toledo.