LOS SACERDOTES DE ORIHUELA-ALICANTE RENUEVAN
SUS PROMESAS
 
La Concatedral de San Nicolás ha congregado esta mañana a todos los presbíteros de la Diócesis con motivo de la tradicional Misa Crismal
 
La ceremonia, presidida por el Obispo Diocesano, Monseñor Rafael Palmero, tiene lugar cada Lunes Santo bendiciéndose los óleos de los catecúmenos y los enfermos
 
Esta mañana se ha celebrado en la Concatedral de San Nicolás de Alicante la Misa Crismal, una ceremonia presidida por el Obispo Diocesano, Monseñor Rafael Palmero. En ella se reúnen cada Lunes Santo por la mañana todos los sacerdotes de la Diócesis de Orihuela-Alicante para renovar sus promesas sacerdotales. También se han dado cita los diáconos y los seminaristas así como gran cantidad de laicos que han dotado de gran tradición y participación a esta celebración religiosa. Este año han asistido además, por segundo año consecutivo, un centenar de escolares del Colegio Oratorio Festivo de Novelda.
 
En la homilía el Obispo Diocesano, Monseñor Rafael Palmero, ha expresado que “esta es la misa de renovación de las promesas de los sacerdotes así como de la bendición de los óleos, manantial de vida, de agua que quita la sed y llega a todos los rincones”. Con sus palabras ha apelado también a la necesidad de “sacerdotes santos” y a la “fraternidad sacerdotal” como un “deber primordial y a la vez un compromiso entre los hermanos sacerdotes que deben estar unidos por el vínculo de la oración, la ayuda común y la cooperación atendiéndose unos a otros en la enfermedad, la soledad, la pobreza o en los posibles momentos de debilitamiento de los ideales sacerdotales”.
 
Palmero no se ha olvidado tampoco de los presbíteros que no han podido asistir a esta Misa Crismal por enfermedad o porque “han volado al cielo en el último año”, que han sido 8.
 
Don Rafael aprovechó este momento tan especial para felicitar a nuestro Papa Benedicto XVI que termina de cumplir 84 años. Cansado en algunos encuentros como es lógico pero sin bajar el ritmo de su trabajo cotidiano y de su amor a la Iglesia. “Tengamos todos, dijo, un recuerdo especial para él en esta Eucaristía y ofrezcámosle una respuesta, personal y comunitaria, a la petición que él nos ha hecho: “esforzaos por cultivar en vosotros las dos dimensiones constitutivas y complementarias de la Iglesia: la comunión y la misión: la unidad y la tensión evangelizadora” (20. 5. 2005)”.
 
Por último ha pedido que “mantengamos todos la inquietud por suscitar, secundando la gracia del espíritu santo, abundante y selectas vocaciones al sacerdocio”.
Por otro lado esta Misa adquiere un carácter muy especial ya que en ella el Sr Obispo consagra el Santo Crisma y bendice los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Dichos óleos han sido llevados en procesión solemne hasta el altar en tres ánforas para ser bendecidas después por Monseñor Rafael Palmero. Previamente todos los presbíteros congregados han renovado sus promesas sacerdotales reafirmando así su compromiso con Cristo y la Iglesia Universal.
La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama al aceite y bálsamo mezclados que el Obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. Con él también son ungidos los Obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.