Mientras haya personas, hay esperanza

La Campaña de Caridad impulsada por Cáritas para este año, se articula como una profunda propuesta espiritual, social y comunitaria que acompaña el Jubileo de la Esperanza. Con el lema “Mientras haya personas, hay esperanza”, esta campaña busca dar testimonio de que la presencia humana, vivida desde la fraternidad y el amor solidario, es capaz de sembrar semillas de transformación en un mundo marcado por la incertidumbre, la violencia y la exclusión.

En una sociedad que atraviesa graves desafíos, tanto a nivel global como local, Cáritas vuelve a recordarnos que el ser humano sigue siendo el centro de la acción caritativa y pastoral de la Iglesia. Esta campaña es, por tanto, una llamada a redescubrir la esperanza como virtud activa, profética y transformadora, que no se fundamenta en el optimismo ingenuo, sino en el convencimiento profundo de que el amor puede y debe abrir caminos donde antes sólo había oscuridad.

La campaña tiene como objetivo fundamental invitar a la comunidad cristiana y a la sociedad en general a tomar conciencia del compromiso con las personas más vulnerables, promover el compromiso sociocaritativo desde las parroquias y grupos, y dar testimonio público de la esperanza que brota del Evangelio, impulsando así una vivencia activa de la caridad como expresión concreta de fraternidad y transformación social.

Contexto: el Jubileo de la Esperanza y la urgencia del compromiso

El año jubilar representa un tiempo especial de gracia, de conversión interior y de renovación espiritual. En este marco, Cáritas se suma a la llamada de la Iglesia universal para caminar como peregrinos de la esperanza, promoviendo un cambio de mirada y una transformación del corazón que nos permita recuperar el sentido de comunidad, el respeto por la dignidad de cada ser humano y la construcción de relaciones fraternas basadas en la justicia y el bien común.

El contexto social que rodea esta campaña no es ajeno al sufrimiento humano: guerras, desplazamientos forzados, crisis climática, exclusión social, trata de personas y pérdida del sentido profundo de la vida. Por ello, la campaña no sólo pretende sensibilizar, sino movilizar a las comunidades cristianas y a la sociedad en su conjunto, desde una visión positiva y comprometida de la caridad como forma concreta de esperanza activa.

El lema: un canto a la dignidad humana

“Mientras haya personas, hay esperanza” es una afirmación radicalmente evangélica. Nos recuerda que cada persona, por el simple hecho de ser criatura amada por Dios, es portadora de una chispa de esperanza. No hay vida inútil ni historia irrelevante. Allí donde hay una persona, hay una posibilidad de encuentro, de sanación, de construcción de comunidad.

Este lema no idealiza a la persona, pero sí reconoce su potencial transformador, especialmente cuando se articula en redes de solidaridad, acompañamiento y defensa de la dignidad. En tiempos marcados por la deshumanización y la indiferencia, la campaña de Cáritas reafirma que la esperanza no es una abstracción, sino que toma cuerpo en rostros concretos, en historias de superación, en pequeños gestos cotidianos de amor.

Denuncia profética: la trata de personas

Un elemento central que Cáritas quiere visibilizar especialmente en esta campaña es la trata de personas con fines de explotación sexual y laboral. Esta realidad, dolorosamente presente en el siglo XXI, constituye una forma moderna de esclavitud que rompe vidas, cosifica cuerpos y convierte a personas en mercancía.

La Conferencia Episcopal Española ha animado a conocer y denunciar esta lacra, y Cáritas se une a esa llamada, promoviendo una mirada compasiva pero también valiente y comprometida. La campaña ofrece recursos para profundizar en esta temática, generar conciencia crítica y proponer líneas de acción concreta.

Celebración del Día de la Caridad

Uno de los momentos culminantes de esta campaña será, como cada año, la celebración del Día de la Caridad, coincidiendo con la solemnidad del Corpus Christi. Este día adquiere un sentido especial como expresión litúrgica y comunitaria de la vocación sociocaritativa de la Iglesia. La Eucaristía se presenta como fuente y culmen de la esperanza cristiana, signo de comunión con los más pobres y envío a la misión transformadora.

Durante esta jornada, Cáritas invita a las comunidades parroquiales a organizar celebraciones, gestos simbólicos, recogidas solidarias, vigilias de oración y actividades de sensibilización que permitan visibilizar el rostro de la caridad en medio de cada barrio y cada territorio.