FE Y TRADICIÓN EN LOS ACTOS DE CONMEMORACIÓN DE LA FIESTA DE “LA VERA CREU”ORGANIZADOS CON MOTIVO DEL V CENTENARIO DE LA PARROQUIA
La fe y la tradición fueron los grandes protagonistas de los actos de conmemoración de la festividad de la “Vera Creu” organizados con motivo del V Centenario de la iglesia parroquial. La gran cruz adornada de flores por la comisión del V Centenario que la “robó” el pasado año, junto con “El Só” de Mutxamel con sus canciones y el “Grup de Dança” local, fueron los protagonistas de los actos celebrados el pasado viernes. Al son de la jota mutxamelera, ambas agrupaciones entraron pasadas las ocho de la tarde en el templo parroquial por la puerta del Jubileo para de esta forma ganarlo. A continuación se celebró la misa en la que se interpretó una polca que fue bailada por el grupo de danza, una malagueña con unas hermosas estrofas que hacían referencia a la patrona de la localidad y una jota con la que concluyó el acto religioso. A continuación, siguiendo la tradición mutxamelera de la celebración de la festividad de la “Vera Creu” se llevó a cabo una merienda que como antaño estuvo acompañada por el “Só” y el “Grup de Dança” con sus cantos y bailes típicos de Mutxamel.
El acto central del sábado fue el dar cumplimiento a la tradición centenaria de devolver la cruz “robada” el pasado año por la comisión del V Centenario, bellamente adornada con flores, a la comisión de fiestas del Ravalet, encargada de salvaguardar tanto la cruz como esta costumbre. Los actos comenzaron a las 18 horas con la misa en la que los vecinos de las barriadas del Ravalet, Poble Nou y Montserrat pudieron ganar el Jubileo concedido por el Vaticano con motivo del V Centenario del templo parroquial. A su conclusión, se procedió al traslado de la Cruz desde la parroquia hasta la ermita de Montserrat. La comitiva recorrió las calles principales de la localidad, adornadas con cobertores, pasando por el Convento, Poble Nou, Ravalet, Montserrat, Alamera y la ermita, donde se plantó y permanecerá hasta que la vuelvan a robar, una vez secas las flores. La tradición de robar la Cruz de Mayo para adornarla la puede llevar a cabo una persona o un grupo o asociación cultural local una vez que las flores que la adornan estén secas y después de dejar limpio el lugar. Entonces, una noche la roban y se la llevan a un domicilio concreto que la guardará hasta el próximo año. En esta  ocasión, los encargados de “robarla” fueron la comisión del V Centenario del templo parroquial que la guardó en el convento hasta el momento de adornarla para los actos que culminaron ayer sábado con el traslado hasta la ermita de Montserrat, donde se plantaron hasta que la “roben” para el próximo año. La comisión del Ravalet tiene que tener conocimiento del depositante de la Cruz a mediados del mes de abril.
CRÓNICA: Vicente Ferrándiz Brotons
FOTOGRAFÍA: Loreto Brotons