Será como revivir y perpetuar un nuevo Año de la Misericordia. La Santa Sede ha concedido el Jubileo a la Santa Faz de Alicante siempre que el 17 de marzo, día que se conmemora el acontecimiento del Milagro de la Lágrima, coincida con domingo. Este tipo de Jubileo se concede a aquellos lugares de peregrinación con la fuerza suficiente para poder repetirse periódicamente como un camino de renovación. Con esta concesión la Santa Faz se convierte en el décimo de los Años Jubilares con carácter regular que hay en el mundo junto con Roma, Jerusalem, Santiago de Compostela o Caravaca, entre otras. De este modo la Santa Faz se consolida como meta secular de peregrinaciones y pretende seguir siendo, ante todo, un lugar de oración, paz y misericordia.

“En esta tierra alicantina, desde hace 530 años, veneramos e invocamos el Rostro misericordioso de la Santa Faz de Jesús, intentando ser instrumentos de misericordia. Pedimos a la Santa Faz que modele la identidad de nuestras gentes, haciendo que nuestra Diócesis tenga rostro de misericordia” afirma el obispo diocesano monseñor Jesús Murgui, que a su vez propone tres actitudes para celebrar y vivir mejor este don extraordinario: contemplar, dejarse transformar y dar testimonio de la misericordia. “Vivamos y llevemos a todos la alegría de la misericordia, mostrando al mundo el verdadero Rostro de Jesús” anima el obispo de Orihuela-Alicante. El actual Año Jubilar “Santa Faz de la Misericordia” se ha abierto con el comienzo del Adviento y culminará en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo (24 de noviembre 2019).

A lo largo de la historia los Papas han reconocido este lugar sagrado como fuente de fe, esperanza y amor. En 1490 se emitió la primera Bula, otorgada bajo el pontificado de Inocencio VIII, reconociendo el milagro de la lágrima y concediendo indulgencias. Gregorio XIII en 1577 concedió jubileo plenario, tramitado por San Juan de Ribera. Inocencio XII, el 25 de enero de 1718, indulgencia plenaria por 7 años, renovada después por los Papas Inocencio XIII en 1723, Benedicto XIV en 1741 y Benedicto XVI en 2011, quien también en 2013 aprobó un Año Jubilar. Con ocasión del Jubileo extraordinario de la Misericordia (2015) fue templo jubilar con la apertura de la Puerta Santa, signo de la gran puerta de la Misericordia de Dios. El Papa Francisco, a petición del actual obispo monseñor Jesús Murgui, con la concesión del Año Jubilar del Rostro de la Misericordia cuando el 17 de marzo coincida con domingo, ha consolidado esta historia de gracia y misericordia.

Un acontecimiento: el milagro de la lágrima.

El viernes 17 de marzo de 1489 se celebraba una procesión pidiendo el don de la lluvia con la Santa Faz de Jesús, impresa en una tela. Ese día comprobaron asombrados que su ojo derecho comenzaba a llorar, (en la historia de la Iglesia se ha producido en otras imágenes este fenómeno extraordinario denominado «lacrimación»). Pocos meses después, allí mismo se construyó una pequeña iglesia para guardar el lienzo sagrado, siendo hasta nuestros días santuario de peregrinación de miles de personas que van a venerar el Rostro de la Misericordia. Desde entonces hasta hoy, este lugar santo es un oasis de paz y misericordia.