La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol tiene por objeto contribuir al crecimiento del clero local en los países de misión y ayudar a la formación de los sacerdotes y de las religiosas y religiosos, de forma que ninguna vocación se pierda por falta de medios materiales.
            La Obra de San Pedro Apóstol tiene su origen en la iniciativa de dos mujeres seglares, Juana y Estefanía Bigard, en 1888. El trato con los misioneros las convenció de que una comunidad cristiana local no puede convertirse plenamente en Iglesia sin un clero autóctono: obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos que dieran valor a la riqueza de las tradiciones locales y predicaran el Evangelio en el ámbito de su misma cultura.
Esta iniciativa de ayuda a las vocaciones está implantada en España desde 1922, año en que además fue proclamada y aprobada por la Santa Sede como Obra Pontificia.
La misión de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol de cooperar al sostenimiento y formación de las vocaciones en países de misión se concreta en tres líneas de intervención fundamentales:
a) La concesión de subsidios anuales en favor de Seminarios Mayores, Propedéuticos y Menores de los países de misión para contribuir al mantenimiento de los seminaristas.
b) La construcción, ampliación y reestructuración de los mismos Seminarios.
c) La asistencia económica a los novicios y novicias del primer año de vida religiosa y concesión de subsidios extraordinarios para el mantenimiento de sus centros de formación.
Por otra parte, las necesidades que trata de remediar esta Obra Pontificia en los territorios de misión son aquellas propias de una Iglesia en formación y crecimiento, como son:
 
1. Sostenimiento de vocaciones en los territorios de misión
 
·         El número de religiosas ha aumentado en 31.000 vocaciones en los últimos quince años hasta alcanzar la cifra de 147.343 religiosas.
·         El número de religiosos ha aumentado en 38.000 vocaciones en los últimos quince años, hasta los 51.358 religiosos.
·         Los seminaristas mayores en el 2006 alcanzaron la cifra de 27.197 seminaristas, por encima de los 17.309 del año 1989.
·         El número de seminaristas mayores en los últimos 25 años se ha triplicado en África. En Asia, el aumento ha sido de un 125% y en América del 65%.
·         La Obra de San Pedro Apóstol ha ayudado en el 2006 a 1 de cada 4 seminaristas mayores del mundo.
·         Ha ayudado en el 2006 a 50.168 seminaristas menores.
·         Ha atendido a 6.431 novicias y a 3.503 novicios de congregaciones religiosas.
·         Se ha ayudado a 318 seminarios mayores, lo que equivaldría a ayudar a todos los seminarios de cinco países como España.
 
2. Consolidación de la Iglesia en los territorios de misión
 
·         El número de nuevas diócesis creadas en el 2005 fue de 14: 2 en África, 3 en América, 8 en Asia y 1 en Europa.
·         El número de obispos autóctonos ha pasado de 670 en 1989 a 766 obispos autóctonos en el 2005.
·         15.000 nuevos sacerdotes diocesanos se han incorporado a las diócesis de los territorios de misión en los últimos 15 años.
 
3. Necesidades de los católicos en los territorios de misión
 
·         La Iglesia en los territorios de misión cuenta con más de 200 millones de fieles, es decir, uno de cada cinco católicos del mundo.
·         En estos territorios cada año hay más de 4 millones y medio de bautismos, dos millones más que hace 15 años.
·         Hay 5.200 católicos por cada sacerdote diocesano, pero dado el número de bautismos, esa proporción aumentará en el futuro.
 
4. Necesidades de las personas, católicas o no, en los territorios de misión
 
·         Existen 99.045 instituciones educativas, lo que significa que, desde 1989, se han multiplicado por dos.
·         Existen 26.711 instituciones sociales de diversa índole, lo que significa que, desde 1989, se han multiplicado por cinco.
 
La Iglesia Universal tiene establecida una Jornada anual para recordar e incentivar a las comunidades eclesiales a asumir el sentido y finalidad de la Obra de San Pedro Apóstol. El lema elegido para este año es: “Vocaciones nativas, al servicio de la comunidad”.
 
Al servicio de la comunidad
El anuncio del Evangelio por los Apóstoles, después de Pentecostés, dio vida a comunidades de bautizados, a cuyo servicio fueron llamados quienes habrían de garantizar la unidad y la formación en la fe de cada uno de los miembros, la celebración de la Eucaristía, la comunión con los Apóstoles y con las otras comunidades cristianas.
Cada vocación está al servicio de la comunidad. Ninguna es un fin en sí mismo. Ciertamente el llamado es bendecido por su propia vocación, pero ésta es siempre para la Iglesia, para el reino de Dios, para el servicio. Por eso, Juan Pablo II recordaba, en el mensaje del DOMUND 1989, que para este servicio deben estar disponibles “los sacerdotes, poniéndose a disposición para comenzar la actividad misionera no sólo en la propia diócesis, sino también fuera de ella, si son enviados por el Obispo”.
 
Los objetivos de esta campaña para este año son:
 
·         Fomentar entre los fieles la oración perseverante para que Dios suscite vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en estos territorios de misión.
·         Sensibilizar al pueblo cristiano ante la necesidad de ayudar con la oración, el sacrificio y la cooperación económica a estas vocaciones nacientes.
·         Obtener fondos por medio de becas de estudio para la formación y el sostenimiento de los seminarios diocesanos y de los noviciados.
·         Promover la ayuda espiritual y material en favor de los sacerdotes enfermos y jubilados de los territorios de misión.