“Hay que hablar de la vocación porque es el sentido de la vida que Dios quiere para mi”

Monseñor Munilla habla en su homilía de la importancia de la pastoral vocacional

 

Como cada Lunes Santo se ha celebrado en la Concatedral de San Nicolás de Alicante la Misa Crismal, una ceremonia presidida por el obispo diocesano, D. José Ignacio Munilla, en la que ha estado acompañado por los obispos eméritos de Orihuela-Alicante, D. Victorio Oliver y D. Jesús Murgui y el oriolano y emérito de Canarias, D. Francisco Cases.

En ella se reúnen  los sacerdotes de la Diócesis de Orihuela-Alicante para renovar sus promesas sacerdotales. También se han dado cita los diáconos y los seminaristas así como gran cantidad de laicos que han dotado de gran tradición y participación a esta celebración religiosa como anticipo a los días centrales de la Semana Santa.

Precisamente hacia los numerosos presbíteros que se han congregado en la Concatedral para renovar sus promesas ha dedicado buena parte de sus palabras monseñor Munilla que ha articulado su homilía en torno a la importancia de la pastoral vocacional y cuidado del seminario diocesano. Así como ser “pastor de pastores” para los sacerdotes y trabajar por  las vocaciones sacerdotales.

BENDICIÓN DE LOS ÓLEOS

Por otro lado esta Misa adquiere un carácter muy especial ya que en ella el Sr. Obispo consagra el Santo Crisma y bendice los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Dichos óleos han sido llevados en procesión solemne hasta el altar en tres ánforas para ser bendecidas después por D. José Ignacio Munilla. Previamente todos los presbíteros congregados han renovado sus promesas sacerdotales reafirmando así su compromiso con Cristo y la Iglesia Universal.

La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. Con él también son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.