Las organizaciones de la iglesia católica Secretariado de Migraciones (ASTI-Alicante) y Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante, entidades comprometidas con el desafío de la movilidad humana, se sienten interpeladas durante estos días por la realidad que están viviendo las personas que viajaban a bordo del buque ‘Aquarius’ y que está conmoviendo a la opinión pública europea.

ASTI y Cáritas se posicionan al lado de las más de 600 personas que se han visto forzadas a viajar por su supervivencia y que nos recuerdan las situaciones similares que se dan diariamente, en distintas partes del mundo. Tan curioso como cotidiano que el mismo fin de semana en que arribaba el mediático ‘Aquarius’ llegaba un número mayor de refugiados a las costas del sur de España.

Nos alegramos con las personas que han sido acogidas tras el desembarque del buque ‘Aquarius’ y lo consideramos muy buena noticia también para nuestra sociedad. Aun siendo conscientes de la importancia de la primera acogida queremos señalar que la integración de las personas migrantes y refugiadas solo puede conseguirse a través de la legalidad jurídica, la cobertura sanitaria, el acceso a la vivienda, los permisos de trabajo, la educación y la cultura. Además de aceptando el reto de convertirnos en comunidades acogedoras que apuestan por la integración y la cohesión social.

Los flujos migratorios que constantemente nos interpelan ponen de manifiesto la escasa efectividad de las políticas migratorias por esto, queremos hacer un llamamiento para que la garantía de los derechos humanos no dependa de acciones políticas puntuales sino que sean una realidad. A este respecto, el pasado noviembre el papa Francisco hizo un llamamiento para lograr un Pacto Global desarrollado en 20 puntos de acción que pueden no solo salvar más vidas sino también garantizar un futuro mejor para todos. Estos 20 puntos se pueden resumir en los siguientes cuatro verbos:

Acoger: modificar la Ley Extranjería que actualmente impide una integración social, laboral y personal.

Proteger: dar cumplimiento a las leyes de derechos humanos internacionales de la personas en situación de movilidad.

Promover: establecer vías de acceso seguras a los países para evitar tráfico y trata de personas con fines de explotación de todo tipo.

Integrar: garantizar el acceso a los derechos de ciudadanía en los países de llegada, mediante una adecuada y suficiente gestión económica y social de recursos.

ASTI y Cáritas reiteran su disponibilidad a sumar esfuerzos en el acompañamiento a las personas migrantes y refugiadas durante su largo proceso de integración poniendo a disposición sus recursos residenciales de media y larga estancia, en la medida de sus posibilidades.

ASTI, como servicio especializado en materia de migraciones, lo hace a las personas migrantes por las necesidades específicas que presentan. El año pasado su servicio jurídico en materia de extranjería atendió a 2.300 personas y el programa social a unas 600. Pudiendo acoger particularmente en su vivienda respiro a 6 familias. En lo que va de año ya se han atendido a más de 1.500 personas en el programa jurídico y en el social a más de 250, acogiendo ya a 5 familias. Por su parte, Cáritas, atendió durante el año 2017 a cerca 20.000 personas de origen extranjero en sus más de 150 cáritas parroquiales donde se les cubrieron necesidades básicas, orientación legal y laboral, asesoramiento en vivienda así como, escucha y acogida personalizada.