Será el primer laico en ocupar la dirección de la Pastoral del Trabajo de la Iglesia en España. Antonio Aranda López, militante de la HOAC en nuestra diócesis de Orihuela-Alicante desde 1985, fue designado el pasado fin de semana como máximo representante de ese departamento de la Conferencia Episcopal Española (CEE)

Su nombramiento se hizo público el pasado sábado, durante las XXVI Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo, que se celebraron de forma telemática. En este encuentro se dio a conocer el visto bueno a la propuesta del Consejo Asesor de Pastoral de Trabajo para que Aranda ocupase el cargo de director de dicho departamento de Trabajo, sucediendo a Juan Fernández de la Cueva que ha venido desarrollando esta responsabilidad en los últimos años.

En su primera intervención como director, Antonio Aranda recordó el proceso dialogado «sobre el papel a desarrollar» por esta pastoral, así como el recorrido, la experiencia vivida y compartida –especialmente junto al obispo Antonio Algora, recientemente fallecido–, para seguir situando el trabajo como clave de toda la cuestión social, «sumando y aportando conjuntamente con otras pastorales», animando la evangelización del mundo del trabajo, tendiendo puentes con sus instituciones y acompañando a los trabajadores, especialmente en situaciones de precariedad y exclusión.

Compromiso con el trabajo decente

Aranda es natural de Tetuán, al emigrar sus abuelos paternos y maternos en busca de trabajo. A mediados de 1964 volvió con su familia a España tras la independencia de Marruecos estableciéndose en Elche, localidad en la que reside. Está casado, es padre de dos hijos y trabaja en el Ayuntamiento ilicitano.

Militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) desde 1985 y presidente de la HOAC a nivel diocesano entre el 2010 y el 2013, siempre ha estado muy implicado en todas las iniciativas de la Iglesia por el trabajo decente. En la actualidad, preside el Consejo Diocesano de Acción Católica y está volcado con los cursillos y actividades de la parroquia Madre de Dios de su barrio. Además, fue distinguido con la Insignia Pro Ecclesia que otorga la Diócesis de Orihuela-Alicante, un reconocimiento a su servicio pastoral y su testimonio de servicio y entrega generosa.